domingo, 21 de julio de 2013

Pasado

Nos aferramos al pasado, a veces de forma estúpidamente dolorosa, conscientes de ello, demostrando lo masocas que podemos llegar a ser. Y todo porque una parte de nosotros nos dice que eso que quedó atrás, aunque ya solo pasado y recuerdos, es parte de nosotros. Que eso es lo que nos hace lo que somos. Lo que nos mantiene con vida. Lo que nos completa. 
Estúpido subconsciente, que juega con nosotros de forma cruel. Y estúpidos nosotros, que dejamos que juegue.

                                                                                                                                                                                                                                               "Tal vez seas la persona adecuada en el momento                          equivocado..."

Madrugadas

"Y me pasaré las madrugadas mirando tu 'en línea' hasta altas horas de la noche, imaginando quién será la que ahora te quita el sueño. Porque recuerdo que una vez me lo dijiste, que no cualquiera consigue desvelarte. Eso me hizo sentirme especial, de forma efímera, pero me sentí importante para ti. Ahora, todas esas horas perdidas juntos, todos esos secretos confesados a una pantalla, no son nada más que simples mensajes. Mensajes que quedan en el olvido. Porque, en el fondo, yo no fui más que otro número en tu agenda para ti. Otra chica incorrecta con la que esperar a la correcta. Ahora no soy más que eso: una chica que, sin ser nada para ti, espero un todo a tu lado. Una chica que, aunque tú hayas olvidado, ella no recuerda la forma de dejar de pensar en ti. Porque no conozco mayor dolor que el de echar de menos algo que nunca ocurrió. Y solo me queda pasarme los días soñando con que, en algún momento, suene mi móvil y seas tú. Pero, qué cojones, cómo vas a ser tú. Y solo me queda pasarme las noches en vela, releyendo una y otra vez todos esos malditos mensajes, esperando y recordando. No fuiste el amor de mi vida, ni el de un día. Ni siquiera el de un momento. Fuiste mi "lo que pudo y no fue" constante. Y, quién sabe, tal vez algún día tú también seas otro número en mi agenda, sin mas importancia."

sábado, 20 de julio de 2013

Estupidez

Nunca me cansaré de hablar de la estupidez humana. Y es que es algo que todos conocemos, pues todos la poseemos. Y es que es algo que, a medida que crecemos, va aumentando. Nos hacemos más imbéciles a medida que pasan los días y aún no conozco el remedio para evitarlo. En cambio, conozco mil y un formas de volverte más idiota. Se llaman sentimientos. Y es que si existe medio más rápido para convertirnos en seres totalmente irracionales y carentes de sentido común, eso son los sentimientos. El perder la cabeza por alguien no es algo que ninguno desconozca, a todos nos ha pasado. Volverse idiota hasta la imprudencia no es nuevo para nadie. De una forma u otra es algo que todo el mundo ha vivido en algún momento. Pero ¿existe estupidez mayor que perder la cabeza por alguien que sabemos que nunca será para nosotros? Indudablemente, no. Y ese es el problema. Nos volvemos tan ciegamente idiotas que no vemos que ese sueño de conseguir a esa persona deseada no ocurrirá nunca. Pero nosotros, felices en nuestra mentira, vivimos con nuestro amor totalmente platónico el tiempo suficiente como para que, el día que nos de por despertar, el golpe sea tan fuerte como para que se nos meta en la cabeza que es mejor dejar de intentarlo. Y dejamos de intentarlo. Aunque en el fondo no queramos dejar de luchar por ese caso perdido, dejamos de hacerlo. Porque en ese momento de lucidez que nos dio vimos que no nos iba a hacer bien. Y lo dejamos pasar. A nuestro ritmo, pero lo hacemos. Pero se dice que el ser humano es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra. Y es así, porque no aprendemos. Volvemos a poner nuestros ojos en quien no debemos. Y volvemos a caer. Una y otra vez. Hasta que. finalmente, llega alguien que si que parece estar al mismo nivel de estupidez que nosotros. Pero bueno, eso es un tema del que esta estúpida no puede hablar.

viernes, 19 de julio de 2013

Incoherencias.

Cambios. La vida es un continuo cambio. Y una continua adpatación a estos cambios. O te adaptas o desapareces. Los seres vivos estamos diseñados para adaptarnos a los cambios. Para sobrevivir a un mundo cambiante, perecedero. Y los seres humanos no somos distintos. La raza humana, la raza que es considerada superior, vive su vida en un continuo cambio, tanto natural como artificial. Tanto de lo que les rodea como de lo que están formados. Tanto personal como con el resto. CAMBIOS. En eso se resume todo. Algunos cambios tan simples como el tiempo o los gustos musicales. Algunos mas importantes como la vivienda o el trabajo. Y algunos tan duros como perder las costumbres a las que nos habiamos agarrado. Y es que aunque somos seres capaces de adaptarnos a un cambio continuo, preferimos no hacerlo. Porque también somos seres de costumbres. Y es más cómodo vivir con lo conocido, con lo ya cercano. Pero ahi está el problema. Todo cambia siempre, queramos o no. Y ese ha sido el problema. Todo ha cambiado.
Si algo he aprendido después de tantos cambios es que, aunque la vida sean simples coincidencias, todo acaba pasando por algo. Aprendí que las personas van llegando a tu vida cuando deben llegar. Por algo, siempre por algo. Aprendí que, por mucho que nos empeñemos, si algo no es para nosotros, no lo será aunque luchemos con uñas y dientes por ello. Aprendí que no siempre se puede conseguir todo aquello con lo que soñamos. Que no siempre todo puede ser bueno. Porque a veces ni con toda la positividad del mundo consigues ver el lado bueno de ciertas cosas. Porque, por mucho de que no sea para nosotros, no consigo ver qué puede tener de bueno que nos arranquen aquello con lo que soñábamos. Pero, aunque no lo veamos justo, ocurre. Y se va. Y desaparece. Y todo cambia y tú tienes que adaptarte de nuevo. Pero sabes que nada será igual. Por eso hoy echo de menos. Echo de menos muchas cosas. Esas pequeñas tonterías que hoy ya no están. Aunque sé que no debería. Que debería dejar pasar. Pero las echo de menos. Porque así de estúpidas somos las personas. Somos tan estúpidamente masocas que queremos aquello que nos hace sufrir. Que luchamos por lo que no vale la pena. Por lo que sabemos que no va a ocurrir nunca. Porque somos estúpidas y echamos de menos lo que no volverá, o lo que nunca estuvo. Porque lloramos por lo perdido, por lo nunca ganado. Y así será siempre. 
Somos la raza superior. La raza que posee la capacidad de adaptarse a los cambios. La capacidad de aprender de nuestros errores. Pero preferimos no hacerlo. Somos estúpidos. Y siempre lo seremos. Siempre querremos lo que no tenemos, echaremos de menos lo que perdemos y despreciaremos lo que poseemos. Siempre.

Rutinas

Salir de una rutina, de tu día a día, es lo más difícil que hay en este mundo. Pero que estés acostumbrado a algo no significa que esté bien. Por eso, a veces es bueno abandonar aquello a lo que nosotros u otros nos han acostumbrado, aunque cueste lo más grande." Es la única cosa coherente que ha soltado mi profesora de literatura en todo el curso. Y es cierto al cien por cien.